Me encanta desvelarme, no fumo ni tomo así que ese lo considero mi vicio más grave y el más peligroso para mi salud.
Disfruto el no dormir , el no dormir mientras todos lo hacen, el ver la calma contraria a lo que hay en el día, la actividad nula y el sonido inexistente. Generalmente mis aventuras más allá de la noche - la mayoría-son patrocinadas por cosas que traigo en la cabeza y no me las he podido quitar.
Invito a el insomnio a entrar, a veces con forma de mascota, a veces forma de persona o de un mounstruo adorable, una de las desventajas de trasquiversar mi horario por este pequeño placer es que hay un punto de la noche que las canciones empiezan a pegar y los sentimientos a surgir, convirtiéndome en el ser más vulnerable presa de todas las emociones.
Y es que aunque ataca el sueño resulta casi imposible vencer a su oponente, pues su oponente me quiere mostrar cosas mientras tengo los ojos abiertos aunque los párpados me estén pesando, pero el sueño me tienta ver con los ojos cerrados a un mundo que solo tengo acceso por ese medio.
¿Por qué me es tan difícil poner de acuerdo a dos cosas tan unidas?
Supongo que son como el amor y el odio siempre juntos.
Este es el 4° día que no puedo lidiar con el sueño ni el insomnio, pero al menos hoy pude escribir algo decente...
Son 2:33 de la mañana y aunque tengo sueño, no puedo dormir.
mmm curioso, luego yo también estoy en las misma n_n
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