- Usted tiene sentimientos.
-¿Es curable?
-No, es algo que requiere de un tratamiento especial.
-Hay doctor ¿ Y que medicinas tomó. decía la muchacha preocupada
-Es mi deber informarle sobre lo que usted tiene, este padecimiento es como tener un bebé.
-Un bebé ¿Como es posible? ¿Si no he tenido nada nadita de sexo?
- No, escúcheme no es un bebé, pero requiere los cuidados de uno.
-Y yo que estaba haciendo dieta, no quiero estar gorda ni mucho menos cuidando algo que no es mío. ¿Seguro que no se quita?
-Apuesto mi carrera profesional a que no se quita, pero hemos tenido muchos casos exitosos, es más común de lo que cree.
-Bueno... ¿Entonces?
- Como ya le había dicho anteriormente, requiere cuidar mucho a los sentimientos , son muy sensibles y los pacientes suelen maltratarlos.
-Aparte de que esto no tiene cura... tengo que tratarlo bien...!que horror!
-Tal vez no le agrade al principio , pero ahora es parte de usted, le recomiendo que sus decisiones de ahora en adelante sean consultadas con sus sentimientos.
-¿Cómo ? Es un parásito y no se conforma con que lo cuide si no hasta que le haga cosa...¿Y su nieve de limón de que la quiere?
-Mire, yo no puedo hacer que se lleve bien con ellos , lo que le comento son consejos que he escuchado a lo largo de mi carrera profesional.
-¿Sabe qué? Ya recordé por que no venía , por que no le creo a los doctores , de seguro encontraré un remedio casero por internet que me quite esta maldición que ahora tengo y no está curada ... !Gracias por nada!
*Acto seguido deja el consultorio azotando la puerta*
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Este escrito está recién salido del horno. Últimamente he pensado en lo importante que son los sentimientos y que algunas personas justamente los tratan como una enfermedad o parásito , cuando deberían de tratarlos con más respeto , son una parte de nosotros los aceptemos o no.
Si les gusto dejen comentarios :)
Nos vemos!
Los sentimientos son sumamente complicados y hay días en que te duelen y desearías no tenerlos... pero no puedes evitarlo, como tu dices, son parte de uno mismo...
ResponderEliminarHay que aprender a quererlos y aguantarlos y disfrutarlos ¿por qué no?